El colapso del régimen de Assad ha ocasionado una dura respuesta militar por parte de Israel, que ha lanzado ataques aéreos contra objetivos militares en toda Siria y ha desplegado tropas terrestres dentro y fuera de una zona de amortiguación desmilitarizada por primera vez en 50 años.
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, dijo durante una inusual conferencia de prensa el lunes por la noche que el colapso del régimen de Bashar al-Assad era “un capítulo nuevo y dramático”.
“El colapso del régimen sirio es el resultado directo de los duros golpes que hemos asestado a Hamas, Hezbollah e Irán”, afirmó. “El eje aún no ha desaparecido, pero, como prometí, estamos cambiando la faz de Medio Oriente”.
Las autoridades israelíes se han alegrado de la caída de Assad, un fiel aliado de Irán que permitió que su país fuera utilizado como ruta de reabastecimiento para Hezbollah en el Líbano, pero también temen lo que podría suceder con los islamistas radicales que gobiernan Siria, que limita con Israel en los Altos del Golán ocupados.
El ministro de Asuntos Exteriores, Gideon Sa’ar, dijo a los periodistas el lunes que Israel estaba bombardeando instalaciones militares sirias que albergan arsenales de armas químicas y misiles de largo alcance para evitar que cayeran “en manos de extremistas”.
“En lo que respecta a lo que sucederá en el futuro, no soy un profeta”, afirmó. “Es importante ahora mismo tomar todas las medidas necesarias en el contexto de la seguridad de Israel”.