Salen a la luz nuevos detalles del triple asesinato de tres hombres originarios de San Francisco de Guayape, Olancho, hecho ocurrido el pasado viernes 4 de abril; uno fue encontrado calcinado en el baúl de un vehículo en Guayape y los otros dos, a la orilla de una calle en Orica, Francisco Morazán.
De acuerdo con los últimos datos, el triple crimen de los hombres identificados como Carlos Ortiz, Keneth Hernández y Dagoberto Perdomo, cuyos cuerpos presentaban signos de extrema violencia, estaría relacionado a una venganza ligada con el narcotráfico (esta versión no ha sido oficializada por las autoridades).
Según una fuente, los jóvenes habrían sido secuestrados por un grupo armado y posteriormente ejecutados.
A Ortiz y Hernández los encontraron en una calle de tierra en Orica. Mientras que, Dagoberto Perdomo, fue hallado carbonizado dentro del maletero de un vehículo abandonado en el sector de Caingala.
Hasta el momento, las miradas apuntan a un presunto narcotraficante de la zona, conocido como Escoto, a quien un testigo anónimo que ya presentó declaraciones a la Policía señala como autor intelectual del triple homicidio.
Según lo dicho por el testigo, Escoto ya había sido vinculado con anterioridad al asesinato de Alejandro Hernández, tío de Keneth, una de las víctimas.
Incluso, familiares de Keneth Hernández revelaron que el joven fue secuestrado hace cuatro meses y liberado tras el pago de un rescate de 200 mil lempiras.
Caso en investigación
Frente a la ola de especulaciones, autoridades de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) informaron que el caso aún sigue bajo investigación y que se están realizando análisis forenses al vehículo encontrado con uno de los cuerpos. Sobre los señalamientos contra Escoto, indicaron que no brindarán declaraciones hasta contar con los resultados oficiales.
Mientras tanto, los conocidos de los fallecidos han solicitado a las autoridades que rastreen los teléfonos celulares de las víctimas, los cuales podrían aportar pistas clave para esclarecer el crimen.
Por su parte, las comunidades afectadas claman por justicia en medio de un ambiente de temor generalizado.