Durante los primeros meses del 2025, ya se han registrado al menos tres accidentes aéreos por diferentes causas en Honduras; en algunos de ellos, lamentablemente, hubo muertos; otros, gracias a Dios solo pasaron un desagradable susto.
El primero que se reportó en el año, fue el 12 de enero en el municipio de Olanchito, Yoro, y cobró la vida del hondureño Darwin Antonio Meza Herrera, capitán originario de Gualaco, Olancho, que pilotaba la avioneta durante el accidente aéreo en la finca Santa Inés, propiedad de la compañía bananera Standard Fruit Company.
De acuerdo con los reportes, el piloto despegó a las 5:30 de la tarde, sin embargo, tiempo después, la avioneta sufrió un accidente cuando Meza realizaba trabajos de fumigación en las plantaciones de banano de la empresa Proada.

El segundo accidente aéreo del año fue el 30 de enero, cuando un helicóptero civil que iba con rumbo a San Pedro Sula, sufrió un aterrizaje forzoso en un sector de la colonia Cerro Grande de Tegucigalpa, capital de Honduras. Aparentemente, el percance ocurrió por culpa de un ave que se cruzó en el vuelo.
En esa ocasión, las personas a bordo salieron ilesas y fueron identificadas como David René Núñez (piloto) y Aldo Guillermo Micheletti, hijo del expresidente de Honduras y del Congreso Nacional, Roberto Micheletti Bain.
El tercero y que ha conmocionado a Honduras y diferentes partes del mundo ocurrió en Roatán, Islas de la Bahía, el lunes 17 de enero, cuando un avión que se dirigía a La Ceiba, Atlántida, cayó al mar y dejó 12 muertos y cinco sobrevivientes.
Entre los fallecidos está el cantante hondureño Aurelio Martínez, ícono de la música garífuna en el país. Según reportes preliminares, el accidente habría ocurrido por desperfectos mecánicos.
El 25 de febrero de este año, se registró el aterrizaje de emergencia del helicóptero en el que la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, era trasladada de Tegucigalpa a San Pedro Sula. Este percance que provocó un aterrizaje de emergencia por poca visibilidad fue en la comunidad de Santa Cruz de Yojoa, al norte del país.
Aunque no fue un accidente, la aeronave tuvo que descender por la poca visibilidad del piloto.