El papa Francisco ordenó una investigación en la Iglesia de Honduras, confirmó el viernes el Vaticano, después de que una revista italiana acusara al cardenal hondureño Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga de haber cobrado durante años grandes sumas de dinero de una universidad católica.
“Hubo una investigación ordenada por el mismo Santo Padre”, afirmó en un comunicado el portavoz de la oficina de prensa del Vaticano Greg Burke, sin ofrecer detalles. Rodríguez Maradiaga es el coordinador del grupo creado por el papa Francisco para que lo asesore en la reforma de la Curia romana.
Según la revista L'Espresso, el influyente cardenal centroamericano recibió durante años “medio millón de euros anuales de la Universidad Católica de Tegucigalpa”. La publicación asegura que el papa Francisco fue informado y ordenó hace más de seis meses una investigación.
Rodríguez Maradiaga, coordinador del Consejo de los Cardenales para la reforma de la Curia Romana, formado por nueve purpurados, era considerado un fuerte candidato a Papa y un gran defensor de los pobres y los olvidados.
Basándose en varios testimonios de religiosos y laicos, L'Espresso asegura que Rodríguez Maradiaga realizó inversiones millonarias en empresas londinenses, entre ellas Leman Wealth Management, “que parecen haber desaparecido como aire”.
El autor del artículo asegura que el Vaticano está preocupado por la apertura de una investigación por parte del Tribunal de Cuentas hondureño sobre el uso de grandes cantidades de dinero entregadas por el gobierno a la Fundación para la Educación y la Comunicación Social y a la Fundación Suyapa, ambas pertenecientes a la Iglesia hondureña y “bajo control del mismo Maradiaga”, sostiene L'Espresso.
Según la misma fuente, Francisco envió al obispo argentino Jorge Casaretto a investigar “los agujeros” económicos dejados por Rodríguez Maradiaga, así como sobre sus inversiones “catastróficas”.
Casaretto —añade la revista— entrevistó a más de 50 personas entre personal administrativo de la diócesis, de la universidad, sacerdotes, seminaristas y sus asistentes, entre ellos el obispo auxiliar de Tegucigalpa, Juan José Pineda, muy cercano a Maradiaga.
En el artículo, firmado por Emiliano Fittipaldi, especializado en este tipo de investigaciones, se sostiene que “el Papa está entristecido, pero también decidido a descubrir la verdad”.
El purpurado hondureño fue designado cardenal en el 2001 por Juan Pablo II.
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