Las investigaciones sobre la masacre registrada en Silca, Olancho, han comenzado a arrojar pistas clave. Según información preliminar brindada por la Policía Nacional, un altercado previo entre una de las víctimas y un presunto narcotraficante podría haber sido el detonante de este trágico crimen que dejó tres muertos y un herido.
De acuerdo con los avances revelados por Miguel Martínez Madrid, director de Comunicaciones y Estrategias de la Secretaría de Seguridad, las autoridades ya habrían procedido con la captura de uno de los presuntos implicados y continúan la labor de individualizar al resto de los involucrados.
Una discusión que terminó en tragedia
Las primeras indagaciones apuntan a que Exar Edulfo Paz Murillo, una de las víctimas, habría tenido un enfrentamiento hace aproximadamente 15 días con una persona que no es originaria del sector, y que estaría vinculada al tráfico de drogas.
Esta disputa sería la principal hipótesis del móvil que se investiga hasta ahora.
El ataque ocurrió en el sector de El Higuerito, carretera que conecta Limones con Salamá, cuando las víctimas se dirigían a una hacienda. Fueron interceptadas por sujetos armados que les dispararon sin piedad, dejando sus cuerpos dentro del vehículo en el que se transportaban.

Víctimas inocentes y una familia destruida
Entre las víctimas se encontraba Leda Esperanza Paz de 66 años, quien era ciudadana estadounidense y había llegado al país para visitar a sus familiares. Lamentablemente Leda, estaba a solo horas de retornar a EE. UU., cuando su vida fue arrebatada.
La otra de las víctimas responde al nombre de Ana Cristina, era madre de dos niños: un pequeño de cuatro años y una bebé de seis meses. De acuerdo con la información, Ana era esposa de Ubaldo Paz, hermano del fallecido Exar.
“Ya no tiene ese pecho para alimentarla”, expresó entre lágrimas su familia, describiendo la cruda realidad de una familia marcada para siempre por el crimen y un par de niños que quedan huérfanos.

Una masacre más en una Honduras golpeada por la violencia
Este nuevo hecho violento eleva a 19 el número de masacres registradas en Honduras en lo que va de 2025, según datos del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).
Los departamentos más afectados por estos crímenes múltiples son Olancho, Cortés, Yoro, Francisco Morazán, Ocotepeque y Choluteca, reflejando una escalada alarmante en la inseguridad, especialmente en zonas rurales.
Mientras la comunidad de Silca continúa velando a sus muertos, el clamor por justicia no cesa, y los familiares exigen que no haya impunidad.