El misterio ha sido revelado. Ninguno de los 200 invitados, entre ellos 70 familiares, estaba autorizado a llevar móvil ni a usar drones en el enlace de Jeff Bezos (61) y Lauren Sánchez (55). Fueron ellos quienes tras casarse este viernes en el Teatro Verde de la isla de San Giorgio Maggiore, frente a la plaza de San Marcos de Venecia, revelaron al mundo el mejor secreto guardado, el vestido de novia.
Tras pronunciar el «sí, quiero», apareció de manera oficial la portada de Vogue donde la periodista lucía un exclusivo diseño de Dolce & Gabbana. También distribuyeron una imagen espontánea de unos recién casados tremendamente sonrientes mientras paseaban por el pasillo flanqueado a ambos lados por los asistentes aplaudiendo.

Para el vestido se invirtieron 900 horas de trabajo artesanal a lo largo del último año y medio y lo planearon mientras cenaban en el apartamento neoyorquino de Domenico Dolce y su novio, Guti Siquiera. Se inspiraron en la película Cintia (1958) en una de las escenas en las que Cary Grant está al lado de Sophia Loren con un vestido de encaje hasta el cuello.



Los maestros de alta costura se pusieron a trabajar. Se trata de un vestido blanco de encaje italiano de cuello alto, tiene corte sirena y escote corazón y lo más destacable son los 180 botones de sacerdote forrados en chiffon de seda que recorren toda la parte delantera y trasera, desde la que sale una cola de unos cuatro metros. Obviamente, no pudo faltar el velo. «Busqué fotos de novias de los años 50. Quería reflejarme en el pasado y veía a Sophia Loren y sus manos estaban así» (la actriz imita un gesto de oración), ha revelado Sánchez a Vogue, así que se dijo: «Como llevaba encaje alto, hasta el cuello, comenté: ‘Eso es. Ese es el vestido’«.