La comunidad de Volcanes, Choluteca, está de luto tras la trágica muerte de una inocente niña de apenas 9 años, quien perdió la vida poco después de ingresar a la sala de emergencias del Hospital General del Sur, con signos de supuesto maltrato físico y abuso sexual.
La menor, identificada como Natali Lisbeth Vázquez Vázquez era originaria del Plan del Jocote, Choluteca.
Aunque son escasos los datos que se han obtenido sobre su muerte, se sabe que su cuerpo presentaba signos de asfixia y abuso sexual; no obstante, serán los resultados de la autopsia los que determinen la verdadera causa de su muerte.
De acuerdo con la versión de un testigo, durante tres días, la menor había presentado fiebre, causa por la que su familia la llevó al centro asistencial donde la noche del miércoles se reportó su fallecimiento.
Desde el centro asistencial de la zona Sur, su cuerpo fue trasladado hacia la morgue de Tegucigalpa donde permanece mientras se le practica la autopsia.
Se encienden las alarmas
El término utilizado por los médicos, “supuestos rasgos de violación”, ha encendido las alarmas entre defensores de la niñez y organismos de derechos humanos.
El caso de Natali no es un hecho aislado, sino parte de una alarmante realidad que golpea a miles de niños y niñas en Honduras.
Según estadísticas recientes, los delitos sexuales con mayor número de denuncias son:
Violación especial: 2,834 casos
Actos de lujuria: 2,372 casos
Violación: 1,403 casos
Estupro: 836 casos
Rapto: 434 casos
De acuerdo con organizaciones médicas y sociales, el 82 % de las víctimas de violencia sexual atendidas son mujeres y niñas, y el 31 % son menores de edad, especialmente adolescentes entre los 10 y 14 años. Sin embargo, en zonas rurales como la de donde era originaria Natali, los casos suelen quedar en la impunidad por miedo, silencio o falta de acceso a la justicia.
Además, el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos de Honduras (Conadeh) ha expresado su preocupación ante el creciente número de muertes violentas de menores, señalando que el 7 % de los homicidios en el país tienen como víctimas a niños, niñas y adolescentes.
Una huella emocional
El maltrato infantil no solo deja secuelas físicas, sino también heridas emocionales profundas que pueden marcar toda una vida.
Expertos advierten que los menores que sufren abuso tienen mayor riesgo de padecer problemas de salud mental o repetir patrones de violencia en la adultez.
Lamentablemente hoy, Honduras vuelve a llorar la pérdida de una niña cuya vida fue apagada en silencio sin una voz que exija justicia por ella.