Salieron de Honduras en busca del «sueño americano», quizás solo con lo que llevaban puesto, con miedo, endeudados y huyendo de la pobreza e incluso amenazas de maras y pandillas, pero hoy, más de 6,500 hondureños han sido deportados de Estados Unidos y deben iniciar de cero una nueva vida para conseguir el pan de cada día para ellos y sus familiares.
De acuerdo con Wilson Paz, director del Instituto Nacional de Migración (INM), la cifra anterior, es el recuento de los compatriotas que han sido retornados en lo que va del 2025 desde que el Presidente Donald Trump tomó el poder en enero e inició con las «redadas».
A pesar de que la cantidad de hondureños deportados es alta, Paz asegura que en comparación con la que hubo en 2024, este año es inferior, pues a esta fecha ya habían al rededor de mil más retornados.
Cabe mencionar que en 2025, Honduras es el segundo país con más vuelos de deportados (46). En el primero está Guatemala con 55 y el tercero lo comparte El Salvador y Colombia con 19, mientras que México ha recibido 18 vuelos.
Con el objetivo de brindarles una ayuda al regreso a su país, la presidenta Xiomara Castro ofreció a los deportados 100 dólares (unos 2,500 lempiras) a cada migrante retornado y 1,000 dólares de capital semilla para los que desean emprender como parte de su programa “Hermano, Hermana Vuelve a Casa».
Por su parte, el gobierno del presidente Donald Trump anunció el miércoles que restringirá el acceso a visas a los funcionarios extranjeros que «facilitan la migración ilegal a Estados Unidos» a través de la frontera con México.
Los países «deben cumplir su parte para prevenir y disuadir el tránsito de extranjeros que intentan entrar ilegalmente en Estados Unidos», advierte el jefe de la diplomacia estadounidense, Marco Rubio, citado en un comunicado.