La cifra de migrantes detenidos en la frontera cayó en mayo al tercer nivel más bajo en los cuatro años de la presidencia del demócrata.
Las nuevas medidas de la Administración Biden en la frontera arrojan los primeros resultados. No solo ha habido un descenso significativo en el número de detenciones de personas que ingresan sin permiso a Estados Unidos, las cifras preliminares publicadas el jueves por la Patrulla Fronteriza muestran que los encuentros con migrantes se han reducido aún más en las dos semanas transcurridas desde que el demócrata anunció nuevas normas para restringir el asilo.
Probablemente las cifras son una buena noticia para un Gobierno que ha pasado apuros para demostrarles a los votantes que están preocupados por el tema de la inmigración que sí tiene control sobre la frontera con México. Pero el número de personas que llegan a la línea fronteriza suele variar, dependiendo de las condiciones en países alejados de Estados Unidos y de los traficantes que se benefician de la migración mundial.
La Patrulla Fronteriza llevó a cabo 117.900 detenciones de personas que ingresaron al país entre los cruces fronterizos oficiales en mayo, según informó la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés). Esta cifra es un 9% inferior a la de abril. Los datos preliminares desde que Biden anunció la restricción del acceso al asilo evidencian que las detenciones han caído un 25%. “Nuestras labores policiales siguen reduciendo los encuentros en la frontera suroeste. Pero persiste el hecho de que nuestro sistema de inmigración no cuenta con los recursos necesarios para lo que estamos viendo”, dijo Troy A. Miller, jefe interino de la institución.
Estados Unidos también se ha beneficiado de la enérgica vigilancia en el lado mexicano de la frontera, donde las autoridades mexicanas han estado trabajando para evitar que los migrantes logren cruzar. Las cifras forman parte de una serie de datos relacionados con la inmigración, el comercio y las incautaciones de drogas que la CBP publica mensualmente, y las referidas a la inmigración son objeto de gran atención en un momento de intenso escrutinio político sobre quién ingresa a Estados Unidos.
La inmigración es una de las principales preocupaciones de los votantes de cara a las elecciones del próximo noviembre; muchos de ellos dicen que Biden no ha hecho lo suficiente para resguardar las fronteras del país. El expresidente Donald Trump, virtual candidato republicano a la presidencia, ha hecho de la inmigración una piedra angular de su campaña al afirmar que va a deportar en masa a las personas que se encuentran en Estados Unidos sin permiso y a tomar otras medidas para reprimir a los migrantes.
Luego de que Biden anunciara su plan para restringir el acceso al asilo en la frontera sur, 46 organizaciones firmaron una carta conjunta repudiando la medida y la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) introdujo una demanda en los tribunales. También un memorándum enviado a agentes fronterizos de San Diego (California) instó a liberar o arrestar inmigrantes según su nacionalidad. Los latinos son los que tienen más posibilidades de ser deportados, pero en un giro inesperado la Casa Blanca emitió esta semana una orden ejecutiva para regularizar la situación de migrantes indocumentados casados con ciudadanos estadounidenses.