El tirador de Maine compró armas de grueso calibre pese a sus problemas de salud mental

La policía del estado de Maine informó el sábado que el hombre que disparó y mató a 18 personas en un boliche y un bar y luego se suicidó sufría problemas de salud mental, pero pudo comprar armas legalmente porque nunca fue obligado a recibir tratamiento.

El cuerpo de Robert Card, un reservista del Ejército de 40 años, fue descubierto el viernes por la noche dentro de un camión con remolque cerca de un centro de reciclaje donde solía trabajar, dijo el comisionado de Seguridad Pública de Maine, Mike Sauschuck.

Se suicidó con un arma de fuego, cerca de un río en Lisbon, a unos 20 minutos de Lewiston, añadió en una conferencia de prensa.

Los investigadores todavía están tratando de determinar el motivo de Card para llevar a cabo la masacre del miércoles en la ciudad de Lewiston, en el noreste del país, que además dejó 13 heridos.

Sauschuck señaló que, según los informes, Card había estado escuchando voces y sufría de paranoia.

“Claramente hay un componente de salud mental en esto”, dijo a periodistas.

Los investigadores encontraron una nota “en papel” que Card le había dejado a un ser querido y que contenía una contraseña para su teléfono e información de su cuenta bancaria, detalló Sauschuck, añadiendo que la nota tenía el tono de una carta de suicidio.

Junto al cuerpo de Card fueron halladas tres armas, entre ellas un fusil semiautomático, todas compradas legalmente, algo que pudo hacer porque no existían registros de que hubiera sido ingresado por la fuerza en una institución psiquiátrica.

A pesar de sus problemas de salud mental aparentemente claros y de una evaluación psiquiátrica supuestamente reciente, “una verificación de antecedentes no indicará que este individuo tenía prohibición”, añadió Sauschuck.

El descubrimiento del cuerpo de Card puso fin a una intensa búsqueda de dos días, que mantuvo a esta tranquila ciudad de 38 mil habitantes confinada, con sus comercios y escuelas cerrados y sus vecinos aterrorizados.

Sauschuck reconoció la ayuda que la familia de Card brindó a la investigación y dijo que entre las primeras personas en llamar a la policía e identificar al sospechoso se encontraban sus allegados.

“La familia ha sido increíblemente cooperadora con nosotros”, dijo.