El terremoto de 6.8 grados que sacudió Marrakech y casó la muerte de unas mil personas colapsó el sistema sanitario de Marruecos. Los heridos son miles. Los hospitales tuvieron que atender a las personas en la calle.
Ante esta situación y la falta de insumos, los seleccionados marroquíes donaron sangre para las personas heridas. Los futbolistas que también se encontraban concentrados en otra ciudad, sintieron el temblor, pero no sufrieron ningún daño en su hotel de concentración.