El papa Francisco anunció hoy por sorpresa la celebración el 30 de septiembre del que será su noveno consistorio, para crear 21 nuevos cardenales llegados de países como España, Argentina, Colombia y Venezuela y apuntalar su sucesión en un futuro cónclave.
El nuevo consistorio, la ceremonia en el que el pontífice otorga las nuevas púrpuras, era un rumor a voces porque en los próximos dos años una veintena de cardenales superarán los 80 años y perderán así el derecho a voto en un cónclave, como dicta el Derecho Canónico.
Ante esta situación, Francisco, asomado en la ventana del Palacio Apostólico tras el rezo del Ángelus, anunció por sorpresa la cita y explicó que los nuevos nombramientos «expresan la universalidad de la Iglesia» por repartirse por todo el planeta y en variados ámbitos.
De los nuevos purpurados, dieciocho son «papables» y participarían actualmente en un cónclave por tener menos de 80 años, mientras que otros tres exceden esa edad pero el papa ha querido destacar así su «servicio a la Iglesia».
Los nuevos «príncipes de la Iglesia» son miembros de la Curia Romana, arzobispos monseñores y nuncios, los diplomáticos vaticanos, y proceden de los cinco continentes, aunque casi un tercio de los designados proceden de España o Latinoamérica.
CARDENALES EN ESPAÑOL
Los españoles son el nuevo arzobispo de Madrid, monseñor José Cobo; el rector mayor de la Congregación Salesiana, Ángel Fernández Artime, y François-Xavier Bustillo, que ejerce en Francia como obispo de Ajaccio, en la isla de Córcega (sur).
Entre los cardenales «eméritos», mayores de 80 años, figuran el venezolano Diego Padrón Sánchez, arzobispo emérito de Cumaná; el fray capuchino Luis Pascual Dri, confesor del Santuario de Nuestra Señora de Pompeya de Buenos Aires, y el nuncio italiano Agostino Marchetto.
De Argentina, patria de Bergoglio, llegarán el nuevo prefecto para la Doctrina de la Fe, Víctor Manuel Fernández «Tucho», amigo personal de Francisco y llamado a ejercer un rol clave en Roma como «guardián de la fe», y el arzobispo de Córdoba, monseñor Ángel Sixto Rossi.
Además recibirá la púrpura el arzobispo de Bogotá, el colombiano Luis Rueda Aparicio.
De la Curia, además de monseñor «Tucho», también serán ascendidos el prefecto del Dicasterio para los Obispos, el estadounidense Robert Francis Prevost; el de Iglesias Orientales, el italiano Claudio Gugerotti, o el patriarca de Jerusalén, Pierbattista Pizzaballa.
También el nuncio apostólico en San Marino, Emil Paul Tscherrig, o el francés Christophe Pierre, representante de la Santa Sede en Estados Unidos.
UNA IGLESIA GLOBAL
Las elecciones de Francisco siguen dando fe de la visión que llevó a la práctica durante los ocho consistorios del pasado y con la que superó cualquier eurocentrismo posible.
El resto de nuevos purpurados serán el arzobispo de Ciudad del Cabo, el sudafricano Stephen Brislin; el de la malasia Penang, Sebastian Francis; el de Hong Kong, Stephen Chow Sau-yan; el de Yuba, el sudanés Stephen Ameyu Martin Mulla; el auxiliar de Lisboa, Américo Manuel Alves Aguiar; el polaco Grzegorz Rys, arzobispo de Lodz, y el tanzanés Protase Rugambwa, arzobispo coadjutor de Tabora.
De este modo, el Colegio Cardenalicio pasará a estar compuesto por 243 miembros, incluidos los últimos anuncios. Pero solo 137 tendrían derecho a voto si el 1 de octubre se celebrara un cónclave.
En concreto, votarían los 121 reconocidos actualmente electores más los 18 del consistorio del 30 de septiembre, a los que había que restar dos cardenales que para entonces habrán llegado al límite de los 80 años (los italianos Giuseppe Versaldi y Angelo Comastri).