El Gobierno de Chile anunció este sábado que la cifra de fallecidos como consecuencia de los incendios forestales que azotan a parte del centro-sur del país sudamericano llegó a 22, mientras que los lesionados son ya 554. Las cifras actualizadas las entregó la ministra del Interior, Carolina Tohá, que también notificó 1.429 damnificados.
Tohá, que advirtió que las cifras estaban cambiando «a cada minuto”, explicó que «en un balance muy doloroso hay 22 personas fallecidas: 16 son del Biobío, cinco de La Araucanía y una de Ñuble». La jefa de gabinete aseguró que el Gobierno del presidente Gabriel Boric tiene un compromiso, al igual que todo el país, para «actuar para que este número no se incremente”.
Entre los 554 lesionados hay 16 que son personas «en una condición gravísima”. Agregó que «muchos están siendo trasladados” a centros asistenciales de mayor complejidad, pero en otros casos eso no es posible «debido a lo crítico de su estado”. Además, hay «1.429 personas albergadas y 32 albergues funcionando”. Las llamas también alcanzaron a 15 establecimientos educacionales y dos centros médicos rurales.
Pedido de ayuda
Ante el escenario, el gobierno pidió ayuda internacional para enfrentar la crisis, que llevó al Ejecutivo a decretar el Estado de Excepción Constitucional de Catástrofe en las tres regiones más afectadas, que permite entregar ayudas a los afectados de forma más expedita y movilizar recursos, entre otras medidas. Hasta ahora hay 80 yincendios fuera de control.
Boric dijo que su homólogo argentino, Alberto Fernández, le ofreció enviar brigadistas y maquinaria. «Estamos gestionando apoyo de distintos países para enfrentar la emergencia”, escribió el mandatario chileno en Twitter. Poco antes, Tohá había dicho que Santiago pidió ayuda a México, Brasil y España.
Los incendios, 80 de los cuales están fuera de control, coinciden con una larga sequía que ya dura más de 13 años y con una ola de calor inédita en el sur de Chile, con temperaturas que pueden llegar en las próximas horas hasta los 40 grados Celsius. Las imágenes recuerdan a la ola de incendios que azotó el sur de Chile en 2017, los más graves hasta ahora y en los que murieron una decena de personas.
«Nos estamos volviendo uno de los territorios más vulnerables a los incendios por el avance del cambio climático en nuestros territorios. Lo que parecía una situación extrema hace tres años, se va superando año a año», lamentó Tohá. «Somos un territorio de altísimo riesgo ante los cambios que trae el cambio climático», concluyó.