Un enorme iceberg de un poco más de 1.500 kilómetros cuadrados -semejante al tamaño del municipio Gran Londres- se ha desprendido de la plataforma de hielo Brunt de la Antártida.
Las grietas en el hielo de 150 metros de espesor se han ido formando a lo largo de varios años, y la rotura final se produjo el domingo por la noche.
Se trata de un proceso natural y normal, según el British Antarctic Survey, que afirma que no está directamente relacionado con el cambio climático y que no contribuirá a la subida del nivel del mar.
El Centro Nacional de Hielo de Estados Unidos dará nombre al trozo de hielo flotante el martes.