Emma Coronel, esposa del narcotraficante mexicano Joaquín El Chapo Guzmán, se declara culpable este jueves de los cargos penales federales de los que es acusada en Estados Unidos por haber ayudado a su esposo a dirigir su imperio criminal multimillonario.
Coronel, de 31 años, comparece ante la corte federal de Washington, D.C., en una audiencia tras alcanzar un acuerdo de culpabilidad, por tres cargos: El primero, conspiración para distribuir cocaína, metanfetamina, heroína y marihuana en Estados Unidos. El segundo, conspiración para lavado de dinero, y el tercero, por llevar a cabo transacciones relacionadas al tráfico de drogas.
Coronel se enfrenta a condenas que, en el primer cargo de conspiración para distribuir drogas, van desde 10 años en prisión hasta cadena perpetua y multas de hasta 10 millones de dólares.
En el segundo y tercero cargos, las condenas serían de mínimo 10 y 20 años respectivamente, y tendrían multas mínimas de 250,000 dólares, o el doble de lo que hubiera ganado en dichas transacciones por tráfico de drogas.
Anteriormente se había declarado inocente luego de haber sido acusada en una denuncia penal de un solo cargo de asociación delictiva para distribuir narcóticos.
Coronel, de nacionalidad mexicana y estadounidense, fue arrestada en febrero en el Aeropuerto Internacional de Dulles, en Washington, D.C.
El juez en el caso le preguntó a Coronel este jueves si estaba segura de declararse culpable, pues en ese caso estaría renunciando a varios de sus derechos constitucionales, y que si en algún punto necesitaba pausar para hablar en privado con sus abogados, podía hacerlo.
También le preguntó si podía hablar y leer inglés y que si había completado una carrera educativa, a lo que ella respondió con un sí.
Cuando le preguntaron si había recibido tratamiento psicológico o ha sufrido una adicción a los narcóticos o se encontraba bajo la influencia de alguna droga o medicamento, Coronel respondió que no.
Coronel dijo que estaba satisfecha con los servicios de sus abogados y que entendía «la naturaleza de los cargos que se le imputaban», según le preguntó el juez.
La esposa de El Chapo dijo que renunciaba a su derecho de ser imputada de los cargos por un gran jurado federal. El juez le preguntó si había recibido amenazas o promesas para rechazar ese derecho, a lo que ella respondió que no. Esto significa que tendría que declararse culpable o pasar un juicio, y Coronel ha escogido la primera opción.
«¿Entiende que si se declara culpable (y acepto su declaración de culpabilidad), está renunciando a esos derechos que le expliqué, porque no habrá un juicio y seguramente no habrá una apelación, que está renunciando a su derecho a no incriminarse, porque para yo poder aceptar su declaración de culpabilidad usted tiene que reconocer su culpa?», le preguntó el juez federal. Coronel contestó afirmativamente.
Una decisión premeditada
Los abogados de Coronel han estado en negociaciones con las autoridades federales para llegar a un acuerdo de culpabilidad desde hace meses, según reconoció uno de los abogados de Coronel, Jeffrey Lichtman, en una entrevista en abril.
Mariel Colón, su otra abogada, explicó a Noticias Telemundo que Coronel tiene «días buenos y hay días no tan buenos». En su última visita la notó «tranquila y positiva». «Obviamente extrañando a su niña. Ella puede comunicarse con las niñas semanalmente», añadió.
Los fiscales han alegado que Coronel «trabajaba de cerca con la estructura de mando y control»del cártel de Sinaloa y conspiró para distribuir grandes cantidades de drogas, sabiendo que serían traficadas a Estados Unidos. Coronel se casó con El Chapo en 2007 y desde eso había recibido «apoyo monetario» de él, dijeron los fiscales.
Los fiscales del caso añadieron durante la comparecencia que después de ser arrestado El Chapo, Coronel sirvió como conducto entre él y sus asociados para mantener su negocio ilícito a flote.
Su detención fue una sorpresa en parte porque las autoridades parecían no haber hecho nada para arrestarla en los últimos dos años, incluso después de que se vio implicada en los delitos cometidos por su esposo. Durante el juicio a El Chapo en 2019, los fiscales dijeron que ella ayudó a orquestar las dos fugas de prisión del capo en México.
Guzmán, que era el narcotraficante más poderoso de México, dirigió al cártel de Sinaloa, responsable de traficar cocaína y otras drogas a Estados Unidos durante su dominio de 25 años, de acuerdo con los fiscales.
Añadieron que su «ejército de sicarios» tenía órdenes de secuestrar, torturar y matar a cualquier persona que se interpusiera en su camino.
Actualmente El Chapo cumple una condena a cadena perpetua más 30 años en la prisión de máxima seguridad de Florence, en Colorado. Al capo sinaloense se le condenó por 10 cargos entre los que se incluyen múltiples cuentas de distribución de cocaína en Estados Unidos.
