Una larva de hormiga león fingió estar muerta durante 61 minutos para evitar que un depredador se la comiera, según se explica en un artículo publicado este miércoles en la revista científica Biology Letters.
El estudio, elaborado por tres biólogos de la Universidad de Brístol (Reino Unido), trata sobre los beneficios que suponen para ciertas especies del reino animal simular estar sin vida cuando un depredador observa pequeñas poblaciones de presas visibles.
Esta estrategia crea un «juego mortal de escondite», puesto que los depredadores hambrientos no pueden permitirse esperar mucho tiempo, mientras que sus presas también tienen que continuar con sus vidas en algún momento.
Mecanismo de supervivencia
Los investigadores utilizaron el teorema del valor marginal para analizar cómo este mecanismo de supervivencia afecta a los depredadores hambrientos. «Imagina que estás en un jardín lleno de arbustos de frutos rojos idénticos», dijo Nigel R. Franks, autor principal del artículo.
El biólogo indica que primero uno va a un arbusto cualquiera y come rápido y sin problemas. «Pero a medida que se vacía el arbusto encontrar más fruta se vuelve cada vez más difícil y requiere más tiempo«, continúa, detallando que en algún momento hay que decidir si cambiar de arbusto o no.
Franks señala que entonces el animal se halla en el dilema de si seguir comiendo en el mismo arbusto hasta terminar todos sus frutos o perder el tiempo para buscar otro, pero quizás así obtener más comida de un modo más rápido.
Teorema del valor marginal
«El teorema del valor marginal te diría cuánto tiempo pasar en cada arbusto dado que también se perderá tiempo moviéndote al siguiente arbusto», explica el científico. «Usamos este enfoque para examinar a un pájaro pequeño visitando parcelas de llamativos fosos de hormigas león», añade.
Como resultado, asegura que demostraron que los miembros de esa especie hacen perder parte del tiempo de sus depredadores al hacerse el muerto, «cambian el juego de manera significativa», ya que los alientan a buscar en otra parte.
«Hacerse el muerto es como un truco de magia, los magos desvían la atención de su público [para que no] vea sus juegos de manos animándolo a buscar en otra parte», afirma, argumentando que las larvas de hormiga león actúan igual ante sus depredadores. «Hacerse el muerto parece ser una muy buena forma de mantenerse con vida», concluye Franks.