La actriz mexicana María Félix murió ayer en su residencia de Ciudad de México el día de su 88º cumpleaños. María de los Ángeles Félix Guereña, conocida popularmente en México como La Doña, murió mientras dormía, de madrugada, según informó Mauricio Hernández, portavoz del la Asociación Nacional de Actores (ANDA). 'Siempre he hecho las cosas como quería; si no quería un galán me daban otro', declaró en un viaje a España en 1994. La mujer fatal del cine hispano reapareció en público por última vez en un concierto de Luis Miguel el pasado mes de marzo.
Estela Moctezuma, amiga íntima de María Félix, declaró ayer a la cadena Televisa que 'María murió dormidita' durante la madrugada y que su cadáver fue encontrado por la mañana (tarde en España). Según informó la emisora mexicana Núcleo Radio Mil, la causa del fallecimiento fue un infarto. Nada más conocerse la noticia, en Ciudad de México comenzaron los preparativos para rendirle un multitudinario homenaje hoy, en el palacio de Bellas Artes. María Félix, a quien su tercer marido, el compositor Agustín Lara, dedicó el tema María Bonita, era la actriz de mayor renombre de la cinematografía mexicana de todos los tiempos.
María Félix nació en la finca El Quiriego, en el Estado de Sonora, en 1914. Era una de las mayores de una muy numerosa familia formada por 12 hermanos que se trasladó a Guadalajara, en donde a los 14 años fue ya elegida reina del Carnaval. En 1934 se casó con un agente de ventas, del que se divorciaría dos años después y con quien tendría a su único hijo.
En 1940 conoció al productor de cine Fernando Palacios, que, dos años después, le ofrecería intervenir en la película de Miguel Zacarías El peñón de las ánimas. Pero fue en Doña Bárbara, de Fernando de Fuentes, realizada en 1943, donde consiguió su lanzamiento definitivo. Rómulo Gallegos, que colaboraba en el guión del filme sobre su novela, entró en un restaurante donde La Doña estaba cenando y se quedó impresionado al verla. 'Ya tengo a mi doña Bárbara', se cuenta que dijo el escritor.
Buñuel y Renoir
María Félix intervino en unas 50 películas en los años cuarenta y cincuenta, trabajó en México, España, Francia, Argentina e Italia, con directores como Emilio Indio Fernández (Enamorada, 1946; Río escondido, 1948), Luis Buñuel (Los ambiciosos, 1959), Juan Antonio Bardem (Sonatas, 1959) o Jean Renoir (French Can Can, 1954). 'A mí me ha ido muy bien en el amor, pero yo no siento el poder; el poder, ¿qué quiere decir eso?, una mujer siempre tiene poder sobre quienes la rodean, sobre sus trabajos...', declaraba en 1994 la actriz en una entrevista publicada en Babelia con motivo del homenaje que le rindió la Mostra de Cine del Mediterráneo, en Valencia. 'Puede ser que sí haya tenido poder, porque siempre he hecho las cosas como quería; si no quería un galán me daban otro, si no quería una cosa se cambiaba. Y me parecía muy normal, porque siempre fue así'.
La Doña volvió a casarse otras cuatro veces: con el cantante Raúl Prado, sólo unos meses; con el ya citado compositor Agustín Lara, que le dedicó muchas canciones; con Jorge Negrete, que la dejó viuda al año del casarse, y con el francés Álex Berger, cuyo matrimonio duró veinte años y coincidió con su retirada del cine, a finales de los años sesenta, con La generala.
Autobiografía
En 1994, María Félix publicó su autobiografía en cuatro tomos, Todas mis guerras (editorial Clío), supervisada por el historiador y director de la revista Letras Libres, Enrique Krauze. La Doña le pidió que se olvidara de documentos y papeles. 'Si yo conviniera en que usted escribiese mi biografía, tendría que ser exclusivamente con mis recuerdos, con mi sesera. Créame, no necesitamos más', le dijo a Krauze.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 9 de abril de 2002