No hay nada más sabroso que comer la fruta recolectada de nuestro propio huerto, por ello, a continuación daremos unos consejos para poder recoger una cosecha abundante y que nuestros frutos sean exquisitos.
La primera pregunta que surge a la hora de planificar un huerto de frutales es si será solo de especies arbóreas o de tipo mixto, lo que incluye entonces frutas y hortalizas. Si sólo vamos a plantar frutales, podemos disponerlos por toda la parcela. Sin embargo, en un huerto mixto debemos tener en cuenta las necesidades de espacio y luz de cada una de las especies. Las hortalizas necesitan mucha luz, por lo que la parte dedicada a los frutales no debe influir en la iluminación de éstas. Por este motivo nunca los plantaremos en el medio del huerto, puesto que los árboles nos darían sombra a un lado y a otro. El mejor lugar para ubicarlos es en los extremos del huerto, pero siempre orientado al norte, dejando la zona del sur para las hortalizas.
El siguiente paso a seguir es preparar el terreno para el cultivo. Si el terreno presenta una inclinación descendente la cuestión del drenaje estará resuelta, pero si la inclinación es a la inversa, a los frutales de la parte baja debemos garantizarle un buen drenaje para evitar que el agua acumulada pudra las raíces de nuestros árboles y que esto provoque su muerte. De todas maneras, aunque el terreno sea horizontal, también debemos comprobar el drenaje regando en abundancia hasta provocar un charco, si el agua se infiltra hasta desaparecer el drenaje es bueno, sin embargo si permanece en el charco, será necesario realizar canales de drenaje cavando zanjas y colocando tuberías que conduzcan esa agua fuera de la zona de frutales.
Para que los frutales crezcan sanos, es necesario que dispongan de una tierra con los nutrientes que estos requieren. Como regla general, los abonos de potasio y fósforo se aplican solamente en invierno, mientras que con la llegada de la primavera incorporaremos los nitrogenados. El nitrógeno se administra en forma de nitrato amónico. Una excepción a la regla son los cítricos, que en el invierno se encuentran en el momento de máxima producción, por ello, será en el invierno cuando reciban sus abonos nitrogenados.
También es necesario tener en cuenta que los frutales necesitan polinizarse para producir fruto. Hay algunos como el ciruelo y el naranjo que son auto-fértiles, es decir que pueden polinizarse a sí mismos, aunque de todas maneras se obtienen mejores resultados cultivando varios ejemplares de distintas variedades para garantizar una polinización cruzada.
Siguiendo estos consejos, recogeremos una cosecha sabrosa y abundante ¡Buen provecho!
Imagen: Miguel Ángel García
Loading ...