Los pescados se dividen principalmente en dos clases: el pescado blanco y el pescado azul. El pescado blanco tiene un contenido graso muy bajo y resulta muy fácil de digerir, una vez cocinados. El mejor modo de prepararlo es cocidos en agua o al vapor y frito. A la plancha o al horno también es muy sabroso. El nombre de pescado azul se debe a que el lomo de estas especies presenta un color azul verdoso. Resulta más difícil de digerir que el pescado blanco. Para ello se aconseja cocinarlo en seco, es decir, a la parrilla o en papillote, para así disminuir su contenido en grasas
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