«Milagro: ¡salvado de las balas gracias a su Biblia!». Este es el título de un artículo publicado en un periódico francés y que relata un hecho ocurrido en Estados Unidos el 25 de febrero de 2014. Un conductor de autobús fue agredido por tres jóvenes; el hombre se había estacionado al borde de la carretera para tratar de resolver un problema con ellos. Los adolescentes, que estaban armados, le dispararon tres veces, dos de ellas al pecho. ¡Pero las dos balas fueron detenidas… gracias al Nuevo Testamento que el conductor tenía en el bolsillo de su camisa! Después de una corta lucha, el conductor logró desarmar a sus agresores, quienes huyeron. «Tuvo que haber una especie de intervención divina, pues el conductor normalmente tendría que estar muerto mientras les hablo», declaró un policía a la prensa.
El artículo del periódico no dice que la Biblia sirve cada día para salvar un gran número de personas. No en lugar de un chaleco antibalas, como en este caso, sino porque ofrece a su lector mucho más que un tiempo de vida terrenal: ¡la vida eterna!
Sí, Dios ofrece la vida eterna a todo el que cree en Jesucristo, su Hijo, quien murió en la cruz por el pecado de todos. Por medio de la Biblia nos invita a creer en él por la fe; esta fe nos da certezas para el presente y para el más allá. Y cuando este paso ha sido dado, la lectura de la Biblia y la oración son la base de una relación con Dios, quien manifiesta su amor a los que lo buscan. ¡Sin duda, ese conductor de autobús cultivaba dicha relación!
“Bienaventurados los que guardan sus testimonios, y con todo el corazón le buscan” (Salmo 119:2).Joel 1 –
Marcos 14:26-52 – Salmo 59:8-17 – Proverbios 15:23-24