Sacerdote microbiólogo trabaja en una vacuna de bajo costo para el COVID-19. Piensa en los pobres

Su nombre es Nicanor Austriaco y está desarrollando las primeras fases del proyecto. Es profesor de Biología y Teología en un colegio de Rhode Island (Estados Unidos), donde busca ayudar a las personas de bajos recursos.

En algunos países la vacuna contra el coronavirus ya está siendo distribuida, en otros todavía está llegando. Lo cierto es que, más allá de los tiempos, se trata de naciones con mucho poder económico. Pocas personas han pensado en la población de menores recursos, el protagonista de esta bella historia es uno de ellos.

Hablamos del sacerdote y doctor en microbiología Nicanor Austriaco, quien trabaja en el desarrollo de una vacuna de bajo costo para combatir el coronavirus. Está pensando en los pobres, que no tienen dinero ni acceso a una buena salud. Su proyecto vive las primeras fases, pero espera tener éxito, para entregarla a los más necesitados. No todo es dinero en este mundo.

Busca hacerla de bajo costo y de un modo que se asequible para todos, puntualmente para los pobres. El sacerdote filipino conoce de sobre manera la necesidad que viven muchas personas, además de lo costoso que puede resultar un proceso microbiólogo.

La bella iniciativa lleva por nombre “Proyecto Pagasa” y fue impulsada por el maestro al notar que todas las vacunas estaban siendo ofrecidas y compradas por gobiernos ricos. 

Si bien todavía está en proceso de desarrollo preclínico, sus intenciones son completamente genuinas y alcanzables. Con fe y solidaridad, se puede mover mil rocas y al mundo entero.

Cabe destacar que la vacuna está hecha en base a levadura, sin la necesidad de refrigeración y con la capacidad de ser administrada vía oral. Podría ser todo un éxito.

Ha estimado que sí tiene los fondos necesarios para continuar con el proyecto, aunque también requerirá de ayuda y, obviamente, la aprobación del gobierno estadounidense. Solo pedirá la autorización si la vacuna resulta bien en las pruebas con animales. Para todo aquello aún faltan varios meses.

El sacerdote es licenciado en bioingeniería de la Universidad de Pensilvania, perfeccionando sus estudios en diversas instituciones. En 1997 ingresó a la Orden de los Predicadores, haciendo sus estudios eclesiásticos para posteriormente hacer un doctorado en Suiza.

Pero eso no es todo, pues también es autor de un libro, que lleva por título “Biomedicina y bienaventuranzas: Una introducción a la bioética católica”, que vincula la ciencia biomédica con la religión católica. 

Esperamos que su generoso proyecto sea un completo éxito.