Un oficio antiguo está por extinguirse, se trata de aquellos que son expertos en los tornillos, agujas y pequeñas piezas, hablamos de los relojeros.
El trabajo de un relojero se ha visto afectado por la practicidad de los nuevos mecanismos y componentes electrónicos que han simplificado su funcionamiento, reducido sus costos y su tiempo de vida útil convirtiéndoles en accesorios desechables en contraste a los relojes mecánicos que son considerados una pieza de joyería heredable.
El avance de la tecnología, la poca clientela, y la dificultad para encontrar repuestos hace que muchos “relojeros” de la 7 calle de la ciudad de San Pedro Sula queden sin empleo.
El relojero basa su trabajo en lo que cobra por reparar cierto reloj, pero normalmente el relojero va de la mano con el ser joyero, por lo que el relojero también suele tener en sus manos relojes para vender y diferentes joyas que influyen directamente en su ingreso semanal.

