“La sociedad puede confiar en la Policía Nacional”, aseguró el pastor evangélico Alberto Solórzano, miembro de la Comisión Especial para la Depuración y Transformación de esa entidad.
El religioso destacó que en la ceremonia de ascensos que se llevó a cabo el pasado martes se entregaron a la sociedad hondureña hombres y mujeres con un compromiso renovado para atender las necesidades de la ciudadanía.
El pastor Solórzano aseguró que en la práctica los nuevos policías y los que han recibido su ascenso a su grado inmediato superior irán demostrando que en realidad están asumiendo el compromiso con determinación.
Sin embargo, el religioso aceptó que “aún no se puede decir ‘misión cumplida’, porque hay que estar permanentemente trabajando”.
“Hay que seguir adelante, hay que seguir trabajando, y los policías deben de darse cuenta de que de aquí para adelante van a seguir siendo revisados constantemente para evitar que se involucren en asuntos inadecuados”, señaló.
No ha sido fácil
Solórzano aseveró que para la Comisión de Depuración de la Policía Nacional es una satisfacción lo que hoy se está viviendo a raíz de los cambios logrados en la institución.
Reconoció que ha sido un proceso difícil, “y en algún momento lo calificamos como un proceso traumático de toma de decisiones complejas, pero también ahora estamos viendo frutos y el resultado de todo este esfuerzo”.
Aseguró que hoy se ha dignificado y se ha reconocido a un sector de la Policía que había estado postergado sin tener sus respectivos ascensos y sus respectivos reconocimientos.
“Vamos por el camino correcto, esa es la idea; toma tiempo, porque las cosas no se hacen de la noche a la mañana. Cuando se quiere componer algo se tiene su proceso, hay que llevarlo despacio, con buena letra, tomando decisiones importantes y hay que mantener en el tiempo todo el terreno que se ha ganado hasta ahora”, expuso.
El pastor Solórzano añadió que se está entregando a policías con un estándar elevado; todo el pensum de la formación del policía también se ha transformado de tal manera que antes se graduaba en tres o cuatro meses y ahora lo hace en un año.
Advirtió que al graduarse no termina su trabajo, pues –agregó- se le da el seguimiento para que el policía pueda ser especializado y formado adecuadamente.
