Kara Robinson Chamberlain fue víctima de Richard Evonitz en el 2002, pero evitó entrar en pánico para no perderse ningún detalle que pudiera ayudarla a salir, y que también sirvieron para que la policía lo encontrara.
Nadie espera pasar por momentos terribles en la vida como un secuestro. Muchos se asustan con solo escuchar la palabra sin haberlo vivido, pero hay gente que lo ha sufrido y para contarlo.
Kara Robinson Chamberlain es una de esas sobrevivientes. Mientras regaba las plantas en el patio delantero como invitada en la casa de un amigo, a la edad de 15 años en West Columbia (EE.UU), se le acercó un extraño llamado Richard Evonitz para entregarle unos folletos, pero en realidad se trataría de su secuestrador.
La amenazó con un arma en su cuello y así la obligó a entrar en un contenedor en la parte trasera de su auto, según People.

Con miedo pero tratando de mantener la calma, Kara contó las vueltas que el auto hacía mientras viajaba para recordar el camino que la regresaría a casa si lograba escapar.
Evitó entrar en pánico para estar más atenta a las pistas que podrían convertirse en su llave para escapar de esta terrible situación. Memorizó el número de serie que estaba dentro del contenedor y hasta notó que escuchaba rock. “Mi mecanismo de supervivencia decía: ‘Muy bien, recopilemos toda la información que podamos’”, contó a People.

El secuestrador le colocó esposas y una mordaza en la boca apenas llegaron a su apartamento, la agredió pero eso no detuvo a Kara en su plan para liberarse. Pese al miedo, se mostró amable con él para que no desconfiara de ella y así encontrar el momento indicado para escapar.
Eso fue cuando Evonitz se puso a dormir, Kara aprovechó de soltar una mano de las esposas y una de sus piernas. Caminó de puntillas hacia la puerta y escapó. Se encontró con dos personas en el estacionamiento y la ayudaron llevándola a la policía para hacer su denuncia.

Junto a los policías regresó al departamento, pero Evonitz ya había huido, aunque encontraron recortes de diarios sobre niñas desaparecidas en los que estuvo involucrado. Los oficiales lo rastrearon, y cuando lo encontraron lo persiguieron hasta que se quitó la vida. Kara volvió a ser libre y recibió una recompensa por colaborar en los casos sin resolver.
Kara ha participado en documentales y ha contado su historia para dar “esperanza y aliento a otros sobrevivientes”, y también entrega “consejos sobre cómo sanar, cómo apoyar, cómo hablar con las víctimas del crimen y cómo adoptar una mentalidad de sobreviviente” en TikTok, de acuerdo a People.
Una historia que nunca olvidará.













