Por: Gabriel Mendoza
Oficialmente, la barbería de don José Miguel Ramírez se llamaba “Marielos Peluquería” pero todos la conocían como “El llavero”, uno de los negocios capitalinos que más de alguno logro ver y visitó en el barrio Abajo de Tegucigalpa.
Durante más de 30 años, don José junto a su socia Adela Flores engalanaron la cabellera de su clientela, quienes en busca de sus excelentes servicios y ameno local, siempre les prefirieron a pesar de la adversidad.
En Honduras hay muchos negocios que sobresalen por sus servicios y detalles misceláneos, pero algo nunca visto en el país ha sido uno repleto de artilugios llamativos que cautivaran el interés de quienes le visitaban, algo que la barbería de don José lograba con sus característicos llaveros.
De todos tamaños, colores y con distintas figuras estos llaveros posaron sobre la pared de don José y doña Adela, mismos que durante su tiempo operando sus clientes fueron regalando hasta llenar casi en totalidad sus paredes.
Durante sus años como propietario de esta reconocida barbería, Ramírez expresó que cuenta con dos grandes pasiones, una su amor por la peluquería, profesión que realizó durante 53 años y la otra la agustidofilia, o la afición por coleccionar llaveros.
Asimismo, a pesar de la afición de don José a la agustidofilia, la mayoría de estos recuerdos han sido dejados por sus clientes, quienes de esta forma se sienten aún más cercanos y con un sentido de pertenencia de la que fuera su barbería predilecta.

Don José contaba con muchos llaveros, unos con figuras políticas, otras con imágenes de presidente prominentes, monedas del mundo y hasta figuras religiosas, pero jamás olvidó con cual fue que inició su colección.
“El primero me lo regaló mi hijo cuando se enlisto en el Ejército hace más de 13 años. Se trata de un llavero que obtuvo durante realizó su servicio militar”, comentó.
El barbero recordaba que fue en ese momento que “supe que para mí no se trataba de una simple pieza, sino de algo más personal”.
Por su parte, clientes frecuentes de la ahora extinta peluquería afirmaron que, por años que fue este local el escenario de debates políticos y religiosos, tal cual se llevaban a cabo en los antiguos teatros griegos y romanos, donde de forma educada y esperando su turno todos los asistentes expresaban su pensar.
Don José llegó a comentar que, a diario, eran más de 20 o 25 clientes que visitaban su local, quienes ahora deberán buscar un nuevo sitio donde estilizar su cabello, ya que, a partir de este mes de noviembre, “El Llavero”, el orgullo y forma de recibir ingresos de don José y su socia doña Adela Flores no consiguió vencer el lamentable e inaguantable flagelo de la extorsión.
La extorsión, el brazo que aprieta la garganta de la economía hondureña
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh), brindó las escalofriantes cifras que al menos 13 de los 18 departamentos del país han sido el escenario de actos de extorsión, uno de los brazos férreos que mantienen apretada y sin aire la “garganta” de diferentes rubros, en pocas palabras la economía de Honduras.
Asimismo, el Conadeh informó alrededor del 79% de las denuncias atendidas fueron registradas en Francisco Morazán (56%) y Cortés (23%), lugares donde se concentra la mayor tasa poblacional, lo que quiere decir que 8 de cada 10 casos denunciados ocurrieron en estos dos departamentos.
Estas estadísticas muestran el gran obstáculo al que se enfrentan los microempresarios y diferentes rubros ante la escalada en casos de extorsión a nivel nacional, donde grupos delictivos cobran desde cifras bajas como 500 lempiras hasta las ridículas cantidades de 5,000 o más ya sea en cobros semanales o mensuales.
Asimismo, las personas afectadas han reclamado durante años que este problema nunca va a la baja, puesto que en ocasiones les toca pagar este tipo de flagelo hasta a ocho grupos delictivos, lo que nos les deja ningún remanente para la inversión en sus negocios o para poder vivir.
Esta vez la victima de este lamentable crimen es la barbería de don José, donde por culpa de antisociales ha decidido ponerle punto final a su negocio y cerrarlo para evitar cualquier tipo de reprimenda por parte de estos criminales.
Donde se observaban las decenas de llaveros colgados han quedado solo clavos, mismos que fueron guardados por don José y su familia ante el forzoso abandono de su local.

Uno de los hijos de don José mencionó que “lo más rentable es cerrar el negocio y hasta aquí no más”, ya que la preocupación por cualquier tipo de atentado contra su padre es latente y ven más conveniente el cierre de su local antes que poner en riesgo la integridad de su progenitor.
“Esto ha sido lo que a él (don José) lo ha mantenido (económicamente), ya es una persona mayor de 70 años y creo que ahora le va a costar llevar una vida encerrado en casa. Va a ser difícil para él”, reconoció.
“Mi padre ya estaba acostumbrado a venir todos los días a trabajar y estar en su negocio”, añadió.
El vástago de don José afirmó que “en este país no se puede, creo que hay que ser lo más sabio posible para no arriesgar su vida”.
Asimismo, informó que será necesario reunirse con todos sus hermanos, donde debido al cierre del sustento de vida de don José, deberán ver la forma como podrán salir adelante ahora.
Hasta el momento de publicada esta nota, no ha habido reacciones por parte de las autoridades, de quienes urge busquen mecanismos para solventar la situación de miles de familias, quienes día a día continúan luchando por soltarse de las apretadas garras de la extorsión en el territorio nacional.













