La popularización de las redes sociales en todo el planeta ha permitido que todo el mundo pueda estar conectado fácilmente, pero también ha tenido un efecto indeseado: la aparición de un gran número de noticias falsas (fake news) que pululan por Facebook, Twitter o Instagram y que no han tenido ningún tipo de verificación, lo que provoca que mucha gente se las crea.
Ha ocurrido últimamente en diversos procesos políticos (elecciones estadounidenses, comicios en Suecia o en Brasil, Brexit…), con el objetivo de modificar los resultados, pero también existen simplemente para conseguir clics que les dan mucho dinero a sus promotores, tal y como informa Carl Miller en un artículo publicado en BBC Mundo.
Y es que se ha creado un negocio muy lucrativo en el que con titulares llamativos, curiosos y sensacionalistas (y por supuesto falsos) se atrae la atención del incauto internauta que pincha. Hasta hace no mucho una persona aprovechándose de esta situación podía ganar unos 600 dólares diarios, una auténtica fortuna para los jóvenes que lo suelen practicar.
Miller investigó este negocio de la desinformación en Kosovo, un estado que declaró unilateralmente su independencia en 2008 y que ha sido reconocido por países como Estados Unidos o algunos de la Unión Europea, pero cuyo estatus sigue generando incertidumbre. En 2017 su PIB per cápita era de menos de 4.000 dólares anuales, por lo que muchos jóvenes (alrededor del 40% según la BBC) se dedican a las fake news, una práctica muy lucrativa en un estado con una tasa de paro que ronda el 30%.
El procedimiento es sencillo; se trata de poseer una serie de páginas de Facebook que se dedican a propagar cualquier cosa: desde noticias de niños que salen del coma después de muchos años a una brutal paliza de un hombre a una mujer. Una vez que se tienen se va captando una audiencia que crece sin control y que es proclive a creerse todo lo que leen en la red social. Así se generan miles de Me gusta que los promotores de la página monetizan.
El procedimiento es sencillo; se trata de poseer una serie de páginas de Facebook que se dedican a propagar cualquier cosa: desde noticias de niños que salen del coma después de muchos años a una brutal paliza de un hombre a una mujer. Una vez que se tienen se va captando una audiencia que crece sin control y que es proclive a creerse todo lo que leen en la red social. Así se generan miles de Me gusta que los promotores de la página monetizan.
Facebook ha mejorado su seguridad, pero la industria de noticias falsas también ha ido evolucionando, creándose un auténtico mercado en el que incluso se ofrecen consejos para burlar a la red social. También se venden Me gustas falsos o cuentas falsas. Parece que de momento hay fake news para rato.













