Estados Unidos afirmó este martes que no ha encontrado “ninguna evidencia” de fraude en las elecciones presidenciales de Honduras, donde el candidato del Partido Nacional, Nasry Asfura, mantiene la ventaja en el escrutinio.
La declaración del Departamento de Estado subraya que el proceso fue monitoreado de cerca por observadores internacionales y nacionales, incluyendo la OEA y la Unión Europea.
El portavoz estadounidense destacó que el recuento refleja la voluntad del pueblo hondureño de respaldar al candidato conservador, respaldado públicamente por el expresidente Donald Trump.
Según Washington, no existen pruebas creíbles que justifiquen un llamado a anular los resultados.
Nasry Asfura lidera la votación con 1.298.835 sufragios, frente a 1.256.428 de Salvador Nasralla, del Partido Liberal, mientras se continúa con el escrutinio especial de más de 2.700 actas que presentan inconsistencias y podrían sumar más de 500.000 votos.
El Departamento de Estado estadounidense insistió en la importancia de respetar la independencia de las instituciones electorales y de acatar las leyes y la Constitución de Honduras.
La postura de Washington refuerza la legitimidad del proceso y respalda el llamado a que el Consejo Nacional Electoral (CNE) certifique los resultados de manera expedita.
La presidenta del CNE, Ana Paola Hall, atribuye la lentitud del escrutinio a problemas técnicos, mientras que la candidata de Libre, Rixi Moncada, ha rechazado los resultados y anunció movilizaciones para los próximos días, acusando injerencia internacional en el proceso.
Con más de tres millones de hondureños participando, Estados Unidos considera que las elecciones se realizaron de manera pacífica, con incidentes menores, y resalta que la supervisión internacional permitió garantizar que los comicios se desarrollaran dentro de los estándares democráticos.
