El cabecilla del fracaso rotundo de la Selección Nacional se llama Reinaldo Rueda. El estratega no pudo hacer reaccionar a una pésima generación futbolera de Honduras. Le faltó el respeto a jugadores referentes de la Liga que merecieron una oportunidad y se dejó imponer futbolistas para complacer a sus jefes.
Rueda comenzó llorando y pidiendo perdón porque «el fútbol nos dio una gran lección».
«Lo de Managua nos sacó del mundial, fue el punto de inflexión. Es difícil asimilar esto, los jugadores van a sus clubes y se lavan, pero nosotros perdemos la ilusión así que le damos tiempo al tiempo».
¿Piensa retirarse?
«Yo dije que si iba al Mundial me retiraba por la puerta grande. Hablé con Quioto, Edrick y Andy y les dije que hay que darle tiempo al tiempo».
¿Hubo miedo al éxito?
«El partido de hoy fue muy disputado, muy fuerte. Ante la imposibilidad de marcar diferencia lo que se quiso siempre era ganar y pasar directo. Hay que partir de la seguridad defensiva».
¿Con qué se queda de esta selección?
Si estas noches no fueron fáciles, lo que sigue va a ser la compañera estas semanas. Me quedo con el buen trabajo que hicimos. Fuimos líderes a pesar de los soldados que se nos quedaron en el camino. No es fácil. Me quedo con el deber cumplido, brindarles la mejor orientación. Apostarle a los jóvenes. La deuda es no clasificar al Mundial.
