Por: Reina Bojorque
El pasado fin de semana, la comunidad hondureña en San Antonio, Texas, fue sacudida por un hecho de extrema violencia que dejó cuatro personas muertas, entre ellas el presunto responsable del ataque. Las víctimas fueron identificadas como Selvin Chacón (48 años), Sergio Chacón (38) y Karen Bautista (24), todos originarios de Honduras, quienes fueron atacados dentro de una empresa de jardinería donde laboraban.
El presunto autor, José David Hernández Galo, de 21 años, también hondureño, fue hallado sin vida poco después, con una herida de bala. Autoridades estadounidenses indicaron que el joven habría atentado contra sí mismo tras el crimen.
De la ayuda a la tragedia
De acuerdo con testimonios de testigos, las víctimas habían brindado apoyo a Hernández Galo desde su llegada a Estados Unidos. Sergio Chacón, una de las primeras víctimas, le consiguió trabajo en la floristería y lo alojó junto a su hermano Selvin. Sin embargo, el sábado la convivencia se tornó mortal.
“Le disparó a Sergio y este me dijo que llamara a la policía. Luego le pegó dos tiros en el pecho”, relató Hipólito Martínez, uno de los sobrevivientes del ataque. El testigo agregó que después el atacante arremetió contra Selvin y, finalmente, contra Karen Bautista, quien habría intentado calmarlo.
El esposo de Karen, devastado por la noticia, expresó a medios locales su desconcierto ya que no logra entender por qué la mataron, ya que, Hernández la conocía, habían trabajado juntos más de un año. La joven, madre de un niño de tres años, era recordada por su familia como una mujer alegre y trabajadora.
“Eran personas humildes y honestas”
Horacio Rodríguez, cuñado de los hermanos Chacón, describió a las víctimas como hombres de bien: “Eran personas humildes, trabajadoras, alegres y muy unidas. Los jefes siempre hablaban bien de ellos”. Su hijo, quien también laboraba en la floristería, logró sobrevivir tras esconderse cuando comenzaron los disparos.
“Mi esposa hablaba con su mamá cuando se escucharon los disparos. Fue algo aterrador”, recordó Rodríguez, quien añadió que conoció a David cuando este vivió con ellos durante un tiempo. y lo describió como un joven tranquilo, pero después se volvió adicto a los videojuegos violentos y empezó con las drogas. Eso lo cambió por completo, comentó.
por otro lado, según información del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE), Hernández Galo ingresó al país en abril de 2019, cuando era menor de edad. En 2022, se le notificó que debía comparecer ante un juez de inmigración, pero nunca se presentó. “Esta tragedia sin sentido pudo haberse evitado”, expresó la institución en un comunicado, señalando que el caso no había sido considerado prioridad de deportación bajo las políticas migratorias vigentes.
