Honduras se mantiene a la cabeza de América Latina en empleo informal, con un 80 % de la población laboral activa trabajando fuera del sector formal.
Esta cifra refleja la persistente precariedad laboral y la falta de oportunidades en el país.
Expertos señalan que la informalidad limita el acceso a seguridad social, prestaciones laborales y estabilidad económica, afectando especialmente a jóvenes y mujeres en áreas urbanas y rurales.
El alto índice de empleo informal también evidencia desafíos estructurales en la economía hondureña, incluyendo bajos niveles de inversión, escasa formalización empresarial y la necesidad de políticas públicas que fomenten empleos dignos y sostenibles.

