La guerra comercial entre Estados Unidos y China podría tener un «cese al fuego» con una nueva ronda de negociaciones para librarse de los aranceles que provocan fuertes impactos a las economías de ambos países.
El presidente Donald Trump, ha dicho que su país quiere que China detenga el envío de fentanilo y reanude las compras de soja, además de evitar que «jueguen al juego de las tierras raras» con Washington.
Días atrás, el mandatario estadounidense amenazó con imponer un arancel del 100% a los envíos chinos, aunque, en la práctica, es una medida difícil de sostener, según expertos.
El secretario del Tesoro, Scott Bessent, ha informado que las conversaciones entre Washington y Beijing se celebrarán esta semana en Malasia, tras una reunión virtual el viernes con el viceprimer ministro He Lifeng, intercambio que fue calificado como «constructivo» por parte de medios estatales chinos.
Por otro lado, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Guo Jiakun, ha afirmado que «una guerra comercial no beneficia a ninguna de las partes» y que ambas naciones deben «negociar y resolver las cuestiones sobre la base de la igualdad, el respeto y el beneficio mutuo».

