En la cúspide de la Fórmula 1, donde el margen entre la victoria y la derrota se mide en milésimas de segundo, el éxito de Max Verstappen no se explica solo por su talento natural o la potencia de su monoplaza.
Uno de los secretos menos conocidos del éxito de Verstappen reside en su uso intensivo de simuladores y técnicas de visualización. Antes de que Red Bull Racing dispusiera de la simulación de ciertos circuitos, el propio piloto buscaba versiones virtuales en línea para practicar durante horas.
El caso del Gran Premio de Arabia Saudita en 2021 es ilustrativo: mientras otros pilotos intentaban adaptarse a un trazado desconocido, Verstappen ya había dado decenas de vueltas virtuales, lo que le permitió lograr tiempos de referencia desde la primera sesión.
“La diferencia está en la capacidad de adaptarse y rendir bajo el caos”, subrayó Scanes, quien explicó cómo la visualización y la preparación mental facilitaron al piloto la toma de decisiones críticas bajo presión, como abortar una vuelta de clasificación para evitar daños mayores y asegurar puntos importantes para el campeonato.
La temporada 2021, marcada por el duelo con Lewis Hamilton, fue un auténtico laboratorio de estrategias psicológicas y juegos mentales.

