El alemán Christian Brückner, señalado por las autoridades como el principal sospechoso de la desaparición de la niña británica Madeleine McCann en Portugal, uno de los casos más famoso en 2007, salió este miércoles de la cárcel de Sehnde, en el norte de Alemania, tras cumplir siete años de condena por la violación de una mujer estadounidense de 72 años en 2005.
Brückner, de 48 años, abandonó la prisión en un vehículo conducido por su abogado, Friedrich Fülscher, ante la mirada de decenas de cámaras internacionales, especialmente del Reino Unido. Aunque los investigadores alemanes lo consideran el presunto asesino de McCann, pero hasta ahora no se han hallado pruebas suficientes para llevarlo a juicio por el caso.
El hombre, que vivió en Portugal durante un tiempo realizando trabajos ocasionales y cometiendo robos, tiene antecedentes por abuso sexual infantil y posesión de drogas. Además, un testigo aseguró que, en una conversación sobre la desaparición de la niña, Brückner habría insinuado su implicación con la inquietante frase: “Sí, no gritó”.
Tras su liberación, deberá cumplir estrictas condiciones: portar una tobillera electrónica, presentarse regularmente ante las autoridades, residir en un domicilio fijo y no salir de Alemania, ya que se le retiró el pasaporte.
Pese a la sospecha de los investigadores, Brückner no enfrenta cargos formales por la desaparición de Maddie, y su defensa denuncia una “campaña de prejuzgamiento” en su contra.
