La seguridad de los cables submarinos de Taiwán se ha convertido en una prioridad ante la amenaza que representa China, que podría comprometer estas infraestructuras críticas y afectar el comercio global y las comunicaciones digitales.
Analistas en seguridad nacional advierten que el país carece de una unidad dedicada a detectar y disuadir actividades hostiles, lo que lo hace vulnerable a una forma de “guerra de zona gris”.
Para enfrentar el riesgo, los expertos proponen la creación de una red conjunta de vigilancia y respuesta rápida basada en tecnologías de detección temprana, como los sistemas de detección acústica distribuida (DAS). Esta tecnología convierte los propios cables en sensores capaces de identificar movimientos o perturbaciones en el lecho marino, incluyendo la aproximación de embarcaciones, fallas en los cables o eventos sísmicos, permitiendo alertas anticipadas a las fuerzas de seguridad y militares.
Los especialistas destacaron que variantes avanzadas como la detección acústica por interrogación de frecuencia barrida (FSI DAS) ya se han implementado en el mar Báltico, donde pueden localizar amenazas con precisión hasta tres kilómetros antes de que impacten un cable, ofreciendo tiempo para una intervención informada y justificada.

