El ataque aéreo israelí contra el complejo nuclear subterráneo de Natanz ha dejado daños significativos en la infraestructura utilizada para el enriquecimiento de uranio, según reveló el portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF), el general de brigada Effie Defrin.
La operación, que incluyó una serie de bombardeos en distintos puntos de Irán, se centró en el mayor sitio de enriquecimiento de uranio del país, ubicado a 1.500 kilómetros del territorio israelí. Esta acción, según la declaración oficial, responde a la persistente amenaza que representa el programa nuclear iraní y a la negativa del régimen a detener su desarrollo armamentístico.
De acuerdo con la transcripción publicada por las IDF, la ofensiva aérea comenzó durante la noche, cuando “cientos de aviones de la Fuerza Aérea de Israel despegaron y completaron una secuencia de ataques contra cientos de objetivos militares y objetivos relacionados con el programa nuclear”.
Defrin detalló que “los ataques se llevaron a cabo en varias áreas de Irán”, y subrayó que el objetivo principal fue el complejo de Natanz, una instalación subterránea que alberga “una sala de enriquecimiento multinivel con centrifugadoras, salas eléctricas y otra infraestructura de apoyo”. Según el portavoz, “atacamos el área subterránea y objetivos adicionales críticos en el sitio que permiten su funcionamiento continuo. Infligimos daños significativos en este sitio”.