El Sevilla FC ha confirmado este viernes la llegada de Matías Almeyda como nuevo director técnico del primer equipo. El argentino, conocido por su carácter pasional y su estilo de juego ofensivo, asumirá el reto de reconducir a un club que viene de una temporada irregular y con la necesidad urgente de recuperar protagonismo en LaLiga. Su contrato, de dos años con opción a uno más, marca el inicio de un nuevo proyecto deportivo en Nervión.
Almeyda, de 50 años, viene de dirigir con éxito al AEK Atenas, donde logró un campeonato de liga y una copa en la temporada 2022-23, devolviendo al club griego a los primeros planos tras años de sequía. Antes, dejó huella en equipos como River Plate —al que ascendió en medio de una crisis institucional— y Chivas de Guadalajara, donde conquistó cinco títulos, incluido un histórico campeonato de liga. Su trayectoria ha estado marcada por reconstrucciones, algo que parece alinearse con las necesidades del Sevilla actual.
En su presentación, el “Pelado” no esquivó la presión: “Vengo a un club con historia, con exigencia, y eso me motiva. Quiero un equipo que juegue con el alma, como lo hace esta ciudad”. Almeyda también destacó el papel de la afición y reconoció haber hablado con ex jugadores del club para conocer de cerca su cultura. “El Sánchez-Pizjuán impone. Espero que juntos podamos devolverle la alegría a nuestra gente”, dijo con una sonrisa.
Desde la directiva, el presidente José María del Nido Carrasco aseguró que la elección de Almeyda responde a “una apuesta valiente y meditada”, destacando su capacidad para levantar grupos golpeados y su sintonía con los valores del club. Se espera que el técnico tenga voz en la planificación deportiva, incluida la elección de refuerzos y la definición de bajas.
La llegada de Almeyda marca un cambio de rumbo tras una etapa de altibajos y varios cambios en el banquillo. Con su energía característica, su cercanía con los jugadores y una idea de juego clara, el argentino intentará devolver al Sevilla no solo a la parte alta de la tabla, sino también a una identidad que muchos aficionados sienten extraviada. La ciudad ya le abrió las puertas; ahora, le toca a Matías hacer que el equipo vuelva a rugir.