Tesla Paola Alemán Cantillano, la odontóloga acusada de asesinar a su hija de apenas tres años, fue declarada inimputable este martes por un tribunal de San Pedro Sula, al confirmarse que al momento del crimen padecía un trastorno psicótico severo y una depresión aguda con tendencias suicidas.
Como resultado de este diagnóstico, la profesional de la salud no enfrentará juicio penal y quedó en libertad bajo medidas de seguridad.
Síndrome de la mujer maltratada
Durante la audiencia inicial, la Fiscalía presentó informes médicos, peritajes psiquiátricos y evidencia testifical, solicitando prisión preventiva.
Sin embargo, la defensa alegó que Alemán sufría del síndrome de la mujer maltratada, derivado de una vida marcada por la violencia doméstica y que su trastorno mental la incapacitaba para comprender sus actos.
Un severo trastorno mental
El dictamen de medicina forense y del hospital psiquiátrico concluyó que la acusada padece esquizofrenia y depresión severa, condiciones que la dejaron sin control de sus facultades mentales durante el crimen.
En consecuencia, la jueza de Letras Penal de San Pedro Sula decretó sobreseimiento definitivo, es decir, que no se le puede procesar penalmente, y ordenó como medida sustitutiva un tratamiento ambulatorio en el Hospital San Juan de Dios, además de permanecer bajo el cuidado de su familia.
Datos sobre el hecho
El hecho ocurrió el pasado 2 de febrero, cuando alemán, en un episodio de alteración mental, le provocó una herida mortal en el cuello a su hija mientras ambas se encontraban en su vivienda en la colonia Las Flores.
Después de cometer el acto, intentó suicidarse, pero fue rescatada y trasladada al Hospital Mario Catarino Rivas. Para luego ser internada en el Hospital Psiquiátrico “Mario Mendoza”, donde fue evaluada por especialistas en salud mental.
Es un caso controversial
El caso ha generado gran controversia y conmoción en la sociedad hondureña, reabriendo el debate sobre la salud mental, la violencia intrafamiliar y los vacíos del sistema judicial ante situaciones extremas.
Ahora la disyuntiva está en que, mientras algunas voces piden una mayor atención a los trastornos psicológicos, otras exigen justicia para la menor.