Un poco más de 500 privados de libertad albergaran los nuevos módulos en el centro penal de Támara en el Valle de Amarateca, donde aprovecharon las cámaras de HCH para denunciar la mala alimentación que reciben en sus tres tiempos de comida.
En el lugar muchos reos dieron detalles sobre sus estados de vida, declarando que tienen enfermedades de piel, mala alimentación y lentitud en sus procesos judiciales.
Además, afirmaron que al salir las cámaras de HCH del presidio podrían recibir castigos por hacer sus denuncias, donde muchos mostraban agua “sucia” y colchones en mal estado como parte de las pertenencias que mantienen.