La joya de River Plate, Franco Mastantuono, se ha convertido en el nuevo epicentro de una batalla sin tregua entre dos titanes del fútbol europeo: Real Madrid y Paris Saint-Germain. Con apenas 17 años y un futuro que promete brillo de estrella mundial, el joven mediocampista argentino está en la mira de ambos clubes, que han comenzado una lucha estratégica y económica por asegurarse su fichaje.
El PSG fue el primero en mover fichas con decisión. Desde París están dispuestos a tirar la casa por la ventana: ofrecerían cerca de 35 millones de euros a River y un contrato muy superior en salario a lo que puede igualar el club español.
La cláusula de rescisión del jugador, fijada en 45 millones tras su reciente renovación, no parece intimidar a los franceses, que lo quieren cuanto antes en el Parque de los Príncipes.
Pero el Real Madrid no se ha quedado de brazos cruzados. En un movimiento sorpresivo y revelador de la seriedad con la que se toman la operación, una comitiva merengue encabezada por un alto directivo viajó esta semana a Buenos Aires. El objetivo: entrometerse en el inminente acuerdo entre Mastantuono y el PSG, intentar convencer al entorno del jugador y recuperar terreno en una negociación que parecía escaparse.
Florentino Pérez y su equipo creen que Mastantuono encarna el perfil perfecto del “proyecto Vinícius-Rodrygo-Endrick”: fichajes sudamericanos jóvenes, con proyección global, que llegan a Madrid antes de explotar del todo. Sin embargo, el aumento de la cláusula y la postura de River —que prefiere negociar a futuro, no ahora— complican los planes blancos. Además, el deseo del jugador de quedarse en Núñez hasta cumplir los 18 en 2025 añade otra capa de incertidumbre.
Mientras tanto, River Plate observa con atención y calculadora en mano. La guerra entre dos gigantes puede terminar beneficiando al club argentino, que no solo quiere retener a su figura por más tiempo, sino también maximizar su valor en el mercado. Por ahora, Mastantuono mantiene el perfil bajo y los pies en la tierra, aunque sabe que tiene a Europa rendida a sus pies.