Cada vez más se apaga la luz al final del túnel para concretar un Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Honduras y China. A pesar de que en 2023 se anunció con entusiasmo el inicio de negociaciones, el proceso ha perdido fuerza, y hasta ahora no se vislumbran avances concretos.
Lo que parecía una oportunidad histórica para abrir mercados y atraer inversiones, hoy se enfrenta a un escenario incierto.
Fuentes cercanas al tema indican que las diferencias en temas clave, como reglas de origen, acceso a productos agrícolas y sectores estratégicos, han frenado el ritmo de las conversaciones. A esto se suma un contexto político delicado y la presión que genera equilibrar relaciones con otras potencias económicas.
Empresarios hondureños que veían en este tratado una puerta hacia un mercado de más de 1,400 millones de consumidores ahora muestran preocupación.