Fernando Hierro, director deportivo del Al Nassr, lo dijo sin rodeos: “La presencia de Cristiano Ronaldo desde el principio es un proyecto nacional”. Con esta frase, dejó en claro que la llegada del astro portugués no fue solo un fichaje futbolístico, sino parte de una estrategia mucho más ambiciosa para impulsar el deporte y la imagen del país en el mundo.
Desde su llegada en 2023, Ronaldo no solo ha sido figura dentro de la cancha, sino también un imán para atraer a otras estrellas internacionales y elevar el nivel de la liga saudí. Según Hierro, su impacto ha sido clave para el crecimiento del torneo: “Es un fenómeno enorme en la historia del fútbol y ha contribuido al crecimiento de la liga”, aseguró.
El plan con Cristiano no termina pronto. Hierro también confirmó que ya están en conversaciones para renovar su contrato y que esperan que continúe en el equipo. La intención es clara: seguir aprovechando su presencia no solo como jugador, sino como símbolo de un nuevo fútbol saudí que busca consolidarse a nivel internacional.
Esta estrategia forma parte del llamado “soft power” saudí, que incluye desde inversiones en grandes eventos deportivos hasta la candidatura para el Mundial 2034. En este escenario, figuras como Ronaldo y Messi —ambos vinculados de distintas formas al fútbol saudí— son piezas clave. Arabia Saudita no solo quiere ganar partidos, también quiere ganar influencia.