Otra noche inolvidable para Lionel Messi que volvió a ponerse el traje de héroe para el Inter Miami, que venció 4-2 a Montreal en el Chase Stadium por la decimosexta fecha de la MLS. El astro argentino, de 37 años, marcó dos golazos y regaló una asistencia para darle el triunfo a su equipo tras cuatro encuentros.
El delantero campeón del mundo y bicampeón de América recibió de Sergio Busquets cerca del área, levemente volcado hacia la derecha, y encaró hacia el centro. Astuto, vio cómo el volante central se quedó en la medialuna del área y lo usó como “cortina” para bloquear a su marcador. Así se hizo el espacio para disparar de zurda con precisión: su remate dio en el poste y vulneró la estirada del arquero Jonathan Sirois. Una jugada con reminiscencias al básquet, pero con el sello del ídolo albiceleste.
A lo largo del partido, ofreció varias pastillas de su talento. A los tres minutos regaló su primera gambeta contra Dante Sealy y luego se combinó un par de veces con Luis Suárez en las que insinuó peligro. En una, incluso, cabeceó bombeado por encima del travesaño. En el complemento, edificó un par de apiladas de su estilo. En una de ellas, en las que no llegó a patear ni a asistir a David Martínez, le tiraron de la camiseta, del pantalón y hasta intentaron derribarlo, pero no lo lograron.
A los 59 minutos, puso mano a mano a Tadeo Allende, pero su intento cruzado se marchó ancho. Incluso pudo haber tocado para Suárez, pero optó por el tiro directo. A los 64, recibió dentro del área, se sacó un hombre de encima y probó al arco, pero la pelota rebotó en un defensor. El balón le volvió a quedar y apostó a un globo por encima del guardameta, pero cayó en el techo de la red.
A los 68, gracias a Oscar Ustari, Messi y Luis Suárez, el equipo rosa le bajó la persiana al partido. Primero, el ex portero de Independiente y Boca tapó dos veces lo que parecía el empate de Montreal. Inmediatamente, el Diez robó en el área rival, enganchó y envió el centro atrás para el retroceso del Pistolero, quien dominó y firmó el 2-0. Apenas 120 segundos después, Lucho rubricó el 3-0 tras aprovechar una falla defensiva.
Los canadienses descontaron a través de Sealy, pero la Pulga no tenía planes de sufrir. Por eso, a los 87, edificó una pared con su amigo y socio Suárez -quien venía siendo cuestionado- recibió cara a cara con el arquero y resolvió con una sutileza: la picó por encima de Sirois.