El expolítico ucraniano Andréi Portnov, que fue asesinado este miércoles en la localidad de Pozuelo de Alarcón, en los alrededores de Madrid, ocupó cargos de relevancia en la administración del último presidente prorruso de Ucrania, fue acusado de participar en la represión de las manifestaciones pro-europeas del Maidán antes de huir de Ucrania y estaba sancionado por EE.UU.
Portnov, de 52 años, fue entre 2010 y 2014 una figura destacada de la administración del entonces presidente prorruso de Ucrania, Víktor Yanukóvich, del que llegó a ser uno de los principales asesores.
Huida de Ucrania
De formación jurídica, Portnov estuvo supuestamente implicado, según medios de Kiev, en el diseño de la legislación aprobada el 16 de enero de 2014 por el Parlamento ucraniano para cortar las protestas callejeras que empezaron en noviembre del año anterior, cuando Yanukóvich decidió no firmar un Acuerdo de Asociación con la UE para no alienar a Rusia.

Al menos un centenar de personas murieron en enfrentamientos entre las fuerzas del orden y los manifestantes durante los meses que duraron las protestas.
Poco más de un mes después, el 20 de febrero de 2014, Portnov, su jefe Yanukóvich y otros altos cargos de esa administración escaparon de Ucrania para buscar refugio en Rusia ante la creciente presión de la calle.

Según varias publicaciones ucranianas, Portnov se trasladó posteriormente a vivir a Viena.
Sancionado por la UE
Según el medio ucraniano Hromadske, al que Portnov demandó sin éxito el año pasado por haber señalado su supuesto papel en la toma rusa de Crimea, el exasesor de Yanukóvich asesinado este miércoles en Madrid fue uno de los 18 ucranianos sancionados por la UE por corrupción y violaciones de derechos humanos en 2014.

Portnov fue, sin embargo, eliminado de esa lista de sancionados un año más tarde por decisión de la Justicia europea.
En 2018 el Servicio de Seguridad de Ucrania abrió un procedimiento legal contra él por traición en relación con su presunta responsabilidad en la entrega a Rusia de Crimea que supuestamente exponía Hromadske.
Portnov apeló y el caso acabó siendo cerrado.