Donald Trump llegó a Arabia Saudita el martes, en la primera etapa de una gira por el Golfo que también lo llevará a Catar y a los Emiratos Árabes Unidos, con el objetivo de concretar acuerdos comerciales, aunque es probable que los pactos sobre los focos de tensión en Medio Oriente sean más difíciles de alcanzar.
Este viaje marca la primera visita importante del presidente estadounidense al extranjero en su segundo mandato, y la Casa Blanca afirmó que esperaba con ansias un «regreso histórico» a la región. Hace ocho años, Trump también eligió Arabia Saudita para su primer viaje al extranjero como presidente, donde participó en una danza de espadas.
Su decisión de eludir una vez más a sus aliados occidentales tradicionales para viajar a los estados del Golfo, ricos en petróleo, subraya su papel geopolítico cada vez más crucial, junto con sus propias relaciones comerciales en la región.
Acompañado de una nutrida representación de poderosos líderes empresariales estadounidenses llegó Donald Trump y fue recibido en la Terminal Real del Aeropuerto Internacional Rey Khaled, en Riad, por el príncipe heredero y primer ministro, Mohamed bin Salmán —conocido como «MBS» y considerado la figura de mayor poder en Arabia Saudí—, quien lo saludó al pie de la escalerilla del avión antes de acompañarlo al Salón Real del aeropuerto.
A su llegada al país, el avión presidencial fue escoltado por hasta seis cazas F-15 de la fuerza aérea saudí, tras un vuelo sin contratiempos desde Estados Unidos, según informaron los periodistas que viajaban con el presidente y compartieron la escena en redes sociales.
Trump visitará Riad, donde se celebra un Foro de Inversión Saudí-Estadounidense, antes de ir a Qatar el miércoles y a Emiratos Árabes Unidos el jueves. No hay programada una parada en Israel.
Con un vídeo que mostraba águilas y halcones volando, celebrando la larga historia entre Estados Unidos y el reino comenzó el Foro de Inversión Saudí-Estadounidense.
En una sala se sentaron Larry Fink, consejero delegado de Blackrock, Stephen A. Schwartzman, consejero delegado de Blackstone, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, y los ministros saudíes de Finanzas, Mohammed Al Jadaan y Falih.
Junto a Trump en el almuerzo se encuentran importantes empresarios estadounidenses, entre ellos el multimillonario Elon Musk, jefe de Tesla y SpaceX, y el consejero delegado de OpenAI, Sam Altman.
En los días previos al viaje, la Casa Blanca ha desempeñado un papel fundamental en la negociación de un alto el fuego entre India y Pakistán, la liberación de un rehén estadounidense en Gaza y la celebración de una nueva ronda de negociaciones nucleares con Irán.
Estas iniciativas surgieron tras el sorpresivo anuncio de Trump la semana pasada de un acuerdo de tregua con los rebeldes hutíes respaldados por Irán en Yemen.