Miles de feligreses de todas partes del mundo acuden entre lagrimas y esperanzas a la Basílica de Santa María para visitar la tumba del Papa Francisco, convertido en una figura de profunda devoción y símbolo de humildad y servicio cristiano.
En el lugar, nuestro corresponsal Enrique Vásquez encontró una vasta cantidad de hondureños y personas de otras nacionalidades de Latinoamérica, quienes manifestaron su deseo de que, al elegirse un nuevo líder en la Iglesia Católica, pueda mantener la misma idea humilde y de servicio que mantuvo Francisco durante los años.
“Esperamos que ahora también tengamos ese apoyo de solidaridad con el nuevo Papa”, destacaron algunos.
En un ambiente de recogimiento y fe, los visitantes se acercan al lugar donde descansan sus restos para rendir homenaje, agradecer milagros atribuidos a su intercesión y orar por sus propias intenciones.
La tumba, situada en uno de los templos más emblemáticos de la cristiandad, se ha transformado en un punto de peregrinación que refleja el impacto espiritual y humano que dejó su pontificado.