Más de 100.000 personas ya han ingresado a la Basílica de San Pedro para despedirse del Papa Francisco, en una manifestación masiva de duelo que no cesa desde la apertura de la capilla ardiente.
La afluencia superó ampliamente las previsiones iniciales, y llevó al Vaticano a mantener las puertas del templo abiertas durante varias horas de la noche.

Desde el miércoles, un incesante flujo de fieles recorre el pasillo central de la basílica en un silencio sepulcral, para presentar sus últimos respetos ante el cuerpo del Pontífice, expuesto en un sencillo ataúd de madera.

El Vaticano comunicó por la tarde que, entre el miércoles y las 19:00 del jueves, se había registrado la presencia de más de 90.000 personas en la plaza de San Pedro. Pero la cifra aumentó con rapidez a lo largo de la noche, con filas que se extendieron por los alrededores sin interrupciones. A las 18:00, el alcalde de Roma, Roberto Gualtieri, ya había adelantado que se estaban por superar los 100.000 visitantes.
La capilla ardiente seguirá abierta hasta el viernes a las 19:00, en la víspera del funeral que también reunirá a mandatarios de todo el mundo.