Cayó la noche en la capital y las manos habilidosas de los hondureños comienzan a darle forma a las tradicionales alfombras de aserrín.
A lo largo de la calle en el centro de la capital, se encuentra un centenar de personas que con sacos de aserrín, elaboran las alfombras coloridas.
Son casi 650 metros lineales los que están adornados con estas obras que son una tradición en Semana Santa.
Cada alfombra es diferente y conlleva un proceso especial y colores vistosos. En su gran mayoría son retratos de Jesús, temáticas cristianas o mensajes religiosos. Otras alfombras son figuras coloridas, flores y figuras.
Todo está listo para este Viernes Santo cuando la iglesia católica continúe con su calendario especial de la Semana Mayor.