Como si se tratara de una escena sacada del relato bíblico de Caín y Abel, un adolescente de apenas 15 años se convirtió en el principal sospechoso del crimen que le arrebató la vida a su hermano, David Zúniga Sosa, de tan solo 14 en El Paraíso, Honduras.
Según datos revelados por los primos que presenciaron el hecho, el joven jaló el gatillo tres veces antes de que el certero disparo saliera del arma homicida.
De acuerdo con el informe brindado por la Policía, los menores se encontraban jugando Free Fire dentro de su vivienda ubicada en el sector Ciudad del Sol, en El Paraíso, cuando ocurrió la tragedia.
Relatos brindados por el primo a la Policía detallan que el hermano de la víctima entró a la habitación, preguntó fríamente si se iban a ir de la casa, y sin decir más, apuntó a David con un revólver. Luego, realizó dos detonaciones que no dispararon el arma.
Lamentablemente, fue hasta el tercer intento que el proyectil salió, impactando directamente en la frente del menor y provocándole su muerte inmediata.
Hipótesis descartadas
En un principio, se manejó que el hecho había sido accidental, pero tras las declaraciones de los testigos y la recuperación del arma en el lugar, la versión se desvaneció y la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) procedió a capturar al presunto responsable este miércoles 17 de abril en el barrio El Calvario.
El adolescente fue remitido a la Fiscalía del Ministerio Público, donde se determinará su grado de responsabilidad conforme a la ley.
Este caso, ha conmocionado al país entero, abre nuevamente el debate sobre la tenencia de armas en los hogares hondureños y los silencios peligrosos dentro de la familia, así como el uso desmedido de la tecnología y el desentendimiento de los padres sobre estas.