El Tratado de Neutralidad del Canal de Panamá centra el debate en torno a un memorando en materia de seguridad firmado por los gobiernos panameño y de EE.UU., que involucran más presencia militar estadounidense no permanente y rotativa para ejercicios conjuntos.
El Gobierno de José Raúl Mulino asegura que este arreglo respeta el Tratado de Neutralidad que rige al Canal porque no permite la instalación de bases militares estadounidenses, pero sectores nacionales acusan lo contrario, así como una cesión de la soberanía.
La firma del Memorando de Entendimiento en materia de seguridad, y de otras dos declaraciones conjuntas, ocurrió durante la visita a Panamá el 8 y 9 de abril del jefe del Pentágono, Pete Hegseth – la primera de este cargo en dos décadas como él mismo destacó – y en medio de la tensión internacional por la guerra comercial iniciada por la Administración de Donald Trump y su retórica contra China.
Hegseth mantuvo el discurso respecto a una alegada influencia «maliciosa» de China sobre el Canal y que los acuerdos eran una manera de acabar con ella, en el marco de la intención de EE.UU. de recuperar la vía. Panamá rechaza esa versión afirmado que solo el país centroamericano controla el paso navegable y advirtiendo que la soberanía nacional ni se negocia ni está en discusión.
Un tratado y un protocolo no suscrito por China
El Tratado concerniente a la Neutralidad Permanente del Canal y al Funcionamiento del Canal de Panamá forma parte de los Tratados Torrijos-Carter de 1977 y aborda aspectos medulares, como la imparcialidad y apertura a todas las naciones de la vía de 82 kilómetros que conecta el Atlántico y el Pacífico.

Le acompaña un Protocolo que establece que cualquier país puede adherirse al régimen de neutralidad, comprometiéndose a respetar las disposiciones del tratado, que ha sido firmado por más de 40 Estados, entre los que no está China pero sí Taiwán.
Los Tratados Torrijos-Carter, firmados por el entonces presidente estadounidense Jimmy Carter (1977-1981) y el jefe del Estado panameño Omar Torrijos (1968-1981), establecieron la transferencia a Panamá el 31 de diciembre de 1999 del Canal, que EE.UU. construyó en el siglo pasado y explotó durante más de 80 años. También, la extinción de la llamada zona del canal y la salida de las tropas de la potencia norteamericana asentadas allí.