El 15 de abril de 2025, Nadine Heredia, ex primera dama del Perú y esposa del expresidente Ollanta Humala, solicitó asilo político en la Embajada de Brasil en Lima, después de que ella y su esposo fueran condenados a 15 años de prisión por cargos relacionados con el escándalo de corrupción de la constructora brasileña Odebrecht.
Según el Ministerio de Relaciones Exteriores de Perú, Heredia ingresó a la embajada antes de la lectura de la sentencia, y la solicitud fue presentada bajo los lineamientos de la Convención sobre Asilo Diplomático de 1954, un acuerdo internacional que suscriben tanto Perú como Brasil.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Perú emitió un comunicado informando que la Embajada de Brasil en el país ha otorgado asilo diplomático a Nadine Heredia y su hijo, Samir Mallko Ollanta Humala Heredia, en virtud de la Convención sobre Asilo Diplomático de 1954.
Se detalló que, en cumplimiento de la convención, el gobierno peruano ha facilitado las garantías necesarias para su traslado a Brasil, otorgándoles los correspondientes salvoconductos. Este proceso se da en el marco de los artículos V y XII de dicha convención internacional, que regulan la salida de asilados hacia otro territorio.
La noticia fue cubierta por la prensa brasileña, con diferentes enfoques sobre el contexto y las implicaciones del pedido de asilo. Cada medio subrayó distintos aspectos de la situación, desde la postura diplomática de Brasil hasta los detalles del caso de corrupción que vincula a la pareja con sobornos de Odebrecht.
O Globo fue el primer medio brasileño en reportar que el gobierno de Perú concedió un salvoconducto a Nadine Heredia. Según el portal, la decisión fue confirmada por su defensa, que indicó que Heredia y su esposo, el ex presidente Ollanta Humala, ambos condenados por recibir aportes ilegales de la constructora brasileña Odebrecht y del gobierno venezolano para financiar sus campañas electorales, ahora podrán salir de la embajada hacia Brasil. O Globo también sostuvo que esta medida fue solicitada por Heredia, quien, además, ha pedido asilo en Brasil, alegando razones de salud, dado que ya ha enfrentado un cáncer.
De acuerdo con O Globo, Nadine Heredia se refugió en la Embajada de Brasil en Lima después de que el Tribunal Superior Nacional del Perú leyera la sentencia condenatoria en su contra y la de su esposo, Ollanta Humala. La ex primera dama había sido acusada de recibir dinero ilegal de Odebrecht y de otros fondos provenientes del gobierno venezolano para financiar las campañas de Humala en 2006 y 2011.
El medio brasileño destacó que la solicitud de asilo político fue presentada conforme a las disposiciones de la Convención sobre Asilo Diplomático de 1954, y que tanto el gobierno peruano como el brasileño están en contacto para resolver la situación.
En Folha de S. Paulo, se señaló que la solicitud de asilo de Nadine Heredia se presentó en un contexto complicado para el Perú y su lucha contra la corrupción, especialmente en lo que respecta al caso de Odebrecht.
La ex primera dama ingresó a la Embajada de Brasil en Lima poco después de que la justicia peruana la condenara a 15 años de prisión junto a su esposo, Ollanta Humala, por cargos de lavado de dinero relacionados con contribuciones ilegales de Odebrecht y de la administración de Hugo Chávez para las campañas presidenciales de 2006 y 2011.
La acusación sostenía que la pareja había recibido fondos ilícitos de Odebrecht para la campaña de 2011 y, de acuerdo con las investigaciones, también se los vincula con dinero proveniente del gobierno venezolano de Chávez para la campaña de 2006.
El medio brasileño informó que el presidente Lula da Silva está en proceso de evaluar el caso y se espera que en las próximas horas tome una decisión sobre si concede o no el asilo. Las fuentes de Folha aseguran que la tendencia es favorable a la solicitud, especialmente dada la conexión política entre Lula y Humala, quien, al igual que el presidente brasileño, pertenece a la corriente política de izquierda.
La defensa de Humala ha sostenido que las acusaciones en su contra son parte de una persecución política, subrayando que las evidencias presentadas en su juicio no son suficientes para sustentar la condena.